Terapia Adolescente

Terapia Adolescente en Guatemala

La adolescencia es una etapa de la vida caracterizada por la confusión y la búsqueda de identidad. Durante este período, se comienzan a establecer nuevas relaciones tanto con los padres como con el entorno social, marcando una ruptura con el mundo infantil. Además, los cambios fisiológicos propios de esta etapa deben integrarse en la vida de los adolescentes, quienes enfrentan el desafío de adaptarse a su nueva imagen corporal.

Área de intervención en terapia para adolescentes:

  • Agresividad, instabilidad, irritabilidad
  • Depresión
  • Baja autoestima
  • Angustia intensa (ataques de pánico, fobias, ansiedad social
  • Dificultades de adaptación al colegio o universidad (situaciones de cambio)
  • Miedos
  • Inhibición
  • Asolamiento
  • Sentimientos de inferioridad
  • Dificultadores de relacionamiento familiar
  • Disturbios del comportamiento alimentar (anorexia, bulimia, obesidad)
  • Factores sexuales (desarrollo de la pubertad)
  • Géneros

Cada adolescente vive los cambios de la adolescencia de manera única, ya que está influenciado por su entorno, las experiencias previas y sus características personales. Sin embargo, lo que es indiscutible es que esta etapa no es fácil para nadie: ni para los propios adolescentes, ni para sus padres o educadores

Los objetivos de esta etapa son bastante generales:

  • Ir adaptándose a su nueva imagen corporal.
  • Ir definiendo su identidad a partir de nuevas experiencias y nuevos valores que van adquiriendo.
  • Integrarse socialmente a medida que se van independizando de sus antiguas relaciones familiares.
  • Ir adoptando poco a poco el papel de adultos no es tarea fácil. Para los adultos que les rodean, tampoco es fácil ya que deben intentar que sus hijos, aunque no se sientan completamente comprendidos, no se sientan rechazados.

Son las relaciones interpersonales, y en concreto las familiares, las que más sufren en esta época. Muchas veces, la búsqueda de independencia entra en conflicto con las normas que los padres les imponen; y ellos se rebelan. Es importante que los padres sepan mantener la calma, aprendan a no ponerse a la altura de los adolescentes en las discusiones y tengan claro que no van a perder a su hijo si son capaces de superar esta etapa con serenidad, aceptando los cambios que sus hijos van sufriendo. La resolución de conflictos en la adolescencia suele ser exitosa casi siempre, aunque para ellos haga falta dosis muy grandes de paciencia por ambas partes.

No siempre lo consiguen solos y en ocasiones, necesitan orientación y apoyo del psicólogo tanto los padres como los hijos. La terapia suele funcionar muy bien con los adolescentes, colaboraran y se sienten por fin escuchados. De la misma manera, las orientaciones terapéuticas de la psicóloga generalmente son bien recibidas por los padres, que se sienten incompetentes en las actuaciones con sus hijos y encuentran en el terapeuta un apoyo para poder seguir adelante.